DIOS ATIENDE NUESTRAS SUPLICAS
A él clamé con mi boca…
Ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Salmo 66:17, 19.
A él clamé con mi boca…
Ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica. Salmo 66:17, 19.
He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Filipenses 4:11.
El primer versículo arriba citado expresa el agradecimiento hacia
Dios por parte de una persona que atravesó una prueba muy dolorosa. No
conocemos las situaciones que padeció, ni siquiera sabemos de quién se
trata. Este caso es un ejemplo entre muchos otros, y es frecuente. Tal
vez sea el del lector: usted se halla en una situación muy difícil. Le
parece que todo está en su contra y no sabe cómo arreglárselas. Entonces
hay un recurso: la oración. Por eso el autor del salmo escribió: “Me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica”.
Es extraordinario: el Dios creador, todopoderoso, justo y santo,
escuchó y contestó. Es una experiencia que hemos hecho personalmente y a
menudo. Él presta atención hasta a la voz de nuestra súplica; es decir,
no necesita que le expliquemos cuál es nuestro estado ni nuestra
situación. Él nos ve y nos conoce.
Si el autor del Salmo 66 hubiese acariciado el mal en su corazón, el Señor no le “habría escuchado” (v. 18).
Evelyn Calcaño
"Porque por la Gracia de Dios soy
lo que soy y Su Gracia no ha sido en vano para conmigo. 1 Corintios 15:10a
Jehová de los Ejércitos es la fuente de
mi fortaleza, MI LUZ Y MI SALVACION. No temo, No temeré. NO TENGO PORQUE
TEMER. Salmos 27
Comprometida con los valores:
Honestidad: "Digo lo
que hago y hago lo que digo...."
Integridad: "Lealtad, Rectitud, Honradez,
Inocencia"; Esforzada en ser transparente
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