LA ORACION UNA ACTIVIDAD QUE DEBE SER CONTINUA
Buenos dìas, hoy quiero compartir con ustedes este devocional que me han enviado sobre la oraciòn y su importancia para nuestra vida diariamente.
Buenos dìas, hoy quiero compartir con ustedes este devocional que me han enviado sobre la oraciòn y su importancia para nuestra vida diariamente.
“Y esta es la confianza que tenemos en El, que si
pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, El nos oye. Y si sabemos que El nos
oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le
hayamos hecho”. 1 Juan 5:14-15
Cada día al concluir nuestras labores
nos disponemos ir a descansar y antes de dormirnos miramos el reloj
y nos lamentamos por no haber sacado tiempo para estar con Dios. Muchas veces
una corta oración y a dormir, pero no haber dedicado más tiempo nos trae por un
minuto el pensamiento y la promesa de que mañana si lo haremos. En esta
pasividad se nos pasan los años y solo nos dedicamos a tener tiempos intensos
de oración cuando tenemos situaciones apremiantes. Esto no es algo que le pasa
a algunas personas, creo que todos hemos vivido tiempos de aridez espiritual
donde orar y leer la palabra se nos hacen pesado, sin embargo, podemos pasar
horas frente a un televisor o haciendo cosas que nos agradan y nos divierten.
Para ver a Dios en acción y moviéndose entre nosotros con poder, tenemos que comenzar a orar. Resulta muy fácil decirlo, pero para accionar se necesita determinación, fuerza de voluntad y un compromiso con nosotros mismos. Luchar contra los obstáculos a la oración es una batalla permanente ya que para entrar en un tiempo de oración ferviente y de comunión que toque el corazón de Dios. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmos 51:17. Una vez obtengamos la victoria en esta área, todo obstáculo en nuestra vida será derribado efectivamente. Inventar excusas para justificar una vida pobre de oración no tiene sentido, debemos humillarnos ante Dios y entrar en el nivel de fe que garanticen una vida de victoria frente a todo lo que el enemigo quiera levantar contra ti, contra tu familia y contra tu ministerio. “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” Mateo 21:22.
Para ver a Dios en acción y moviéndose entre nosotros con poder, tenemos que comenzar a orar. Resulta muy fácil decirlo, pero para accionar se necesita determinación, fuerza de voluntad y un compromiso con nosotros mismos. Luchar contra los obstáculos a la oración es una batalla permanente ya que para entrar en un tiempo de oración ferviente y de comunión que toque el corazón de Dios. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmos 51:17. Una vez obtengamos la victoria en esta área, todo obstáculo en nuestra vida será derribado efectivamente. Inventar excusas para justificar una vida pobre de oración no tiene sentido, debemos humillarnos ante Dios y entrar en el nivel de fe que garanticen una vida de victoria frente a todo lo que el enemigo quiera levantar contra ti, contra tu familia y contra tu ministerio. “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” Mateo 21:22.
La biblia no habla de un protocolo para
entrar en la presencia de Dios, mucho menos de que necesitamos palabras
rebuscadas, a Dios le interesa que entres a su presencia con confianza y hables
con El en todo momento y todo lugar. Si pensamos que por repetir oraciones
escritas seremos escuchados, estamos equivocados. “Y orando, no uséis vanas
repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas
tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:7-8. Para orar
necesitas conocer a Dios, porque nadie puede hablar con confianza con alguien
que no conoce. Asi como una amistad se debilita cuando dejamos de llamar o
escribir, asi mismo, perdemos contacto con nuestro Padre si entendemos que hay
maneras más interesantes de invertir nuestro tiempo.
La oración debe ser una
conversación íntima con Dios, debe haber confesión, alabanza, acción de gracias
y una actitud de escuchar en silencio la voz de Dios a través de su Palabra. No
se trata de lugares ni de horarios, la oración es un estilo de vida que produce
fe, porque no es una obligación tediosa que debemos cumplir cada día antes de
salir de la casa, la verdad es que debemos retomar la “conversación” a lo largo
del día, ya que Dios está siempre allí, disponible y deseando oírnos. La
oración te llevará a niveles de fe nunca antes experimentados, porque a través
de ella recibirás nuevas fuerzas. “Y
esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a
su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que
pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” 1 Juan
5:14-15 y Mateo 6:5-15
Evelyn Calcaño Cepeda
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