“Las Buenas Costumbres”
Buenas tardes, una hermana muy querida a quien aprecio mucho por su testimonio, Tia Yoli, escribiò parte de esto en su muro y quise compartirlo con ustedes. Lo comparto porque estas enseñanzas van completamente con mis principios y convicciones y creo que se han perdido hoy en dìa. Mi llamado personal a todos mis amigos y hermanos, a mis amigas y hermanas es a que recuperemos las buenas costumbres.
Aunque no parece un
tema tan espiritual, trataré de ubicarlo, púes más bien estoy complaciendo
peticiones y solicitudes. De las cuales
me siento más que agradecida; primeramente a mi Dios por ayudarme cada vez que
busco mi bolígrafo y empiezo a escribir; y a tantas personas que tan
gentilmente me hacen comentarios positivos de mis artículos; y que sin saberlo,
me siguen animando para escribir más y de diversos temas.
Desde muy pequeña
he venido oyendo la importancia de conservar las Buenas costumbres; aquellas enseñanzas morales y de etiqueta y
protocolo que tanto en la escuela, pero sobre todo en la casa con mi madre
cuando me las “Cantaleteaba” y exigía. Lo cual hoy agradezco sobremanera que
así fuera, pues cuando veo a mi alrededor, a veces me siento como un tuerto
entre ciegos.
Ya hoy día, muchos
se han olvidado de las Buenas Costumbres,
de las cuales trataré de recordárselas citando solo algunas:
1.
Ya No se para nadie a dejarle su asiento, si
aparece un anciano o una embarazada. Y mucho menos dejarle su lugar en la fila.
2.
Todos
quieren hablar alto y al mismo tiempo, sin dejarle lugar al otro, ni si quiera
para oírle.
3.
El
impedido (ciego o inválido) que se las averigüe solo, el mundo anda muy aprisa
y ellos estorban.
4.
Al
que te pide en la calle, ya no se le da, pues nunca andamos con menudo, además
seguro es para drogarse o bebérselo.
5.
Nadie
cede el paso, manejando. Todos queremos llegar y pasar primero.
6.
Los
niños controlan a sus padres y los
manipulan, a base de rabietas en los lugares públicos.
7.
El
comer en la mesa con toda la familia ya pasó de moda. Nadie por tanto sabe usar
los cubiertos, ni las copas, ni mucho menos conocen las pautas básicas del
comportamiento en la mesa.
8.
Nadie
ya escribe cartas o notas de agradecimiento, pues ahora todo es por celular o
chateo.
9.
El
caballero que gentilmente pagaba la cuenta en un restaurante, se cambió por la
ejecutiva que da un tarjetazo.
10.
Los
padres reuniéndose en familia con sus hijos a comer al mediodía, luego del
colegio; se cambió por un “sándwich” en el pasillo de la oficina y los niños
con la sirvienta en casa solos, hasta la noche.
¿Y dónde han quedado las Buenas
Costumbres?
Dice 1ª a los
Corintios 15:33,
15:33 Pero no se dejen engañar;
las malas compañías, dañan las buenas costumbres.
¿Es que nos hemos
dejado llevar de la corriente de este mundo?
¿Ya no vamos a
enseñar a nuestros hijos los principios básicos que una vez aprendimos?
¿Y nuestros nietos,
y demás generaciones, qué será de ellos?
¿Lo has pensado
alguna vez?
¿Qué legado le
dejaremos, al respecto?
¿Ni una bonita mesa
sabrán servir?
Y hablando de
servir una mesa, recordemos algunas pautas básicas indispensables que no
podemos olvidar:
·
La
servilleta se coloca en el mismo lugar, para cada puesto; pero va en las
piernas cuando comas.
·
Si
es una mesa que tiene varios platos de entrada, empezarás usando los cubiertos
de afuera hacia adentro según los platos que traigan.
·
Copas,
vasos y tazas, irán arriba del plato a la derecha.
·
Si
estas sirviendo como mozo, servirás por tu derecha y recogerás por tu
izquierda.
·
Debes
comer todo lo que te sirvas, dejarás muy poco en tu plato, solo como señal de
estar satisfecho.
·
Terminarás
de comer con los demás integrantes de la mesa, no comas tan rápido ni tan
despacio.
·
No
beberás mucho entre la comida.
·
No
debes levantarte de primero en la mesa, espera al resto.
·
Debes
comer con la boca cerrada y no hablar mientras comes.
·
El
centro de mesa debe permitir la visibilidad de los integrantes.
·
Si
tomas sopa no puedes sonar la cuchara.
·
El
palillo y el hilo dental NO se usan en la mesa.
·
No
te recuestes de la silla mientras comes, solo al final como señal de que
terminaste.
·
Los
cubiertos se dejan sobre el plato ambos juntos, cuando terminas de comer.
·
La
servilleta se coloca de nuevo en la mesa al terminar, NO tiene que ser
dobladita.
·
Si
estás en una mesa y NO sabes qué hacer, solo observa los que están a tu lado
tranquilamente, espero no estén igual que tú.
·
Si
se te cae algo al suelo, déjalo ahí.
·
No
trates de comer bocados muy grandes.
·
Pide
excusas si tienes que levantarte de la mesa, antes que los demás.
·
Solo
te servirás con los cubiertos destinados para servir cada plato, nunca con los
tuyos.
·
Nunca
se recogen las sobras de los platos, en la mesa, delante de todos.
·
En
un puesto sencillo: el tenedor irá a tu izquierda y el cuchillo con el filo
hacia adentro del plato a tu derecha. La servilleta y la cucharita de postre
irán donde gustes, pero todos los puestos iguales.
·
Si
sirves postre con almibar usarás cucharita,
pero si es seco puedes usar el tenedor pequeñito.
·
La
anfitriona debe indicar dónde deben sentarse sus invitados.
·
La
anfitriona sirve primero, para demostrar cómo deben hacerlo; luego de explicar
brevemente en qué consiste cada plato que ofrece.
·
Nunca
recogerás la comida si alguien aún está comiendo.
¡Cómo podemos olvidar estas Buenas
Costumbres en la mesa!
Si dentro de muy poco estaremos participando de la mejor cena jamás
imaginada… La Gran fiesta de La Cena de Las Bodas de Cordero, así nos invita el
Libro de Apocalipsis 19,
19:9 Y el ángel me dijo: Escribe:
Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me
dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Donde el mismo Señor Jesucristo será el novio y su
iglesia amada será su esposa pura y sin mancha, la cual él mismo compró con su
preciosa sangre, (nosotros los creyentes).
Donde el mismo Señor Jesucristo cenará a nuestro lado.
¡Qué Honor tan grande…Gracias Señor mío, porque yo
recibí esta invitación y acepté!
¿Y tú?
Si por casualidad no has recibido Su Invitación,
todavía estás a tiempo…
Solo escucha las palabras de Jesús, y ábrele las
puertas de tu corazón.
En Apocalipsis 3, el mismo Señor Jesús te dice,
3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
No desaproveches esta invitación. Yo voy a estar ahi y quiero verte.
Dios te bendiga ricamente,
Fiel,
Evelyn Calcaño Cepeda
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