Acércate a la Cruz de Cristo – Una vez reconozcas que le has fallado al Señor, y te hayas arrepentido y humillado delante de El, acércate a la cruz. La medicina de un alma herida es la cruz de Cristo. Cuando e acercas a ella, hallas el perdón divino que te hace falta. Ten pendiente que no importa lo que haya pasado, Dios esta dispuesto a perdonar y siempre te proveerá de personas, hermanos y pastores que te ayudarán, Dios siempre lo hace. La Biblia dice: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18).
Perdónate – Una parte importante para la restauración es que la persona logre perdonarse a sí misma. Hay los que cometieron un error y, a pesar de que Dios les ha perdonado, todavía no se han perdonado a si mismos. Perdónate, deja todo atrás, perdónate a ti mismo y perdona a los demás, no importan las circunstancias, el daño ocasionado por ti mismo u ocasionado por otros, perdona. El legalismo religioso de la época de Jesús era experto buscando las fallas y errores en los demás. Menciono esto porque también muchas veces somos propensos a buscar y ver el error en los demás y no ver nuestros errores, no perdonarnos y no trabajar en nuestros propios pecados, pero que bueno es Dios que nos guía en Su Palabra para que si lo hagamos.
Quiero que entiendas algo: Si ya Cristo te perdono, no tienes que seguir llevando remordimiento en el corazón. Cuando Dios perdona, también olvida. Lo único que tienes que hacer es creer que ya Dios te perdono. Asimilar esto es parte de la restauración y, cuando lo logras, das un gran paso en el proceso de restauración. No permitas que si ya confesaste y te arrepentiste y has buscado diligentemente y procurado a las personas para encontrar reconciliación, para pedir perdón para lograr sanidad y no lo encuentras o no se da como tu esperas, no te sientas mal, déjalo todo a Dios y el se encargara de ordenarlo, no te desesperes, no te atribules, no te sientas mal si no te reciben como quisieras, recuerdas Dios es fiel y nosotros todos somos humanos y el único perfecto es Dios, y aunque estamos llamados a actuar como Cristo, no todos están dispuestos a pagar dicho precio. DEJALO A DIOS, el obrará en su tiempo. Perdona, PERDONATE y sigue adelante. Ya deja todo atrás y esfuérzate en lo que esta delante.
Esto te ayudara a que cuando veas a otra persona cometer los mismos errores o el mismo error que tú cometiste, ya no tendrás necesidad de señalarla para justificarte, pero si podrás ayudarle a levantarse, enseñándole que Dios es un Dios perdonador.
Aprópiate de las promesas del Señor – Uno de los pensamientos que vienen a nuestra mente y a tu corazón luego de experiencias negativas y desagradables es, ¿qué sucederá si quienes te rodean te vuelven a ver de la misma manera que antes? o te dan la espalda. A veces pensamos y eso es así, que los hombres, las personas, los líderes, los hermanos, perdonan pero no olvidan. Pero lo más importante es saber que Dios te perdonó y que lo aceptes como tal. Que Dios es fiel y que el pecado que El perdonó, no existe mas en su memoria y nadie puede echártelo en la cara de nuevo, nadie puede acusarte, nadie tiene porque señalarte y si lo hace, no lo esta haciendo guiado por el Espíritu de Dios. Dios te abre nuevas puertas, te da nuevos hermanos, pastores que velan por tu alma, te da nuevos grupos y podemos ver que es la misercordia de Dios actuando a tu favor, siempre y cuando obecedes, no importa si eres mal interpetada o interpretado. Procura obedecer por sobre todas las cosas a Dios, a Su Palabra y a los que te brindan algun consejo y descansa en el Señor, Dios se encarga de hacer la obra completa y perfecta y se encarga de obrar como solo El lo sabe hacer, El hace lo que nosotros no podemos hacer.
El Salmo 103:2-5 nos dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.
Perdónate – Una parte importante para la restauración es que la persona logre perdonarse a sí misma. Hay los que cometieron un error y, a pesar de que Dios les ha perdonado, todavía no se han perdonado a si mismos. Perdónate, deja todo atrás, perdónate a ti mismo y perdona a los demás, no importan las circunstancias, el daño ocasionado por ti mismo u ocasionado por otros, perdona. El legalismo religioso de la época de Jesús era experto buscando las fallas y errores en los demás. Menciono esto porque también muchas veces somos propensos a buscar y ver el error en los demás y no ver nuestros errores, no perdonarnos y no trabajar en nuestros propios pecados, pero que bueno es Dios que nos guía en Su Palabra para que si lo hagamos.
Quiero que entiendas algo: Si ya Cristo te perdono, no tienes que seguir llevando remordimiento en el corazón. Cuando Dios perdona, también olvida. Lo único que tienes que hacer es creer que ya Dios te perdono. Asimilar esto es parte de la restauración y, cuando lo logras, das un gran paso en el proceso de restauración. No permitas que si ya confesaste y te arrepentiste y has buscado diligentemente y procurado a las personas para encontrar reconciliación, para pedir perdón para lograr sanidad y no lo encuentras o no se da como tu esperas, no te sientas mal, déjalo todo a Dios y el se encargara de ordenarlo, no te desesperes, no te atribules, no te sientas mal si no te reciben como quisieras, recuerdas Dios es fiel y nosotros todos somos humanos y el único perfecto es Dios, y aunque estamos llamados a actuar como Cristo, no todos están dispuestos a pagar dicho precio. DEJALO A DIOS, el obrará en su tiempo. Perdona, PERDONATE y sigue adelante. Ya deja todo atrás y esfuérzate en lo que esta delante.
Esto te ayudara a que cuando veas a otra persona cometer los mismos errores o el mismo error que tú cometiste, ya no tendrás necesidad de señalarla para justificarte, pero si podrás ayudarle a levantarse, enseñándole que Dios es un Dios perdonador.
Aprópiate de las promesas del Señor – Uno de los pensamientos que vienen a nuestra mente y a tu corazón luego de experiencias negativas y desagradables es, ¿qué sucederá si quienes te rodean te vuelven a ver de la misma manera que antes? o te dan la espalda. A veces pensamos y eso es así, que los hombres, las personas, los líderes, los hermanos, perdonan pero no olvidan. Pero lo más importante es saber que Dios te perdonó y que lo aceptes como tal. Que Dios es fiel y que el pecado que El perdonó, no existe mas en su memoria y nadie puede echártelo en la cara de nuevo, nadie puede acusarte, nadie tiene porque señalarte y si lo hace, no lo esta haciendo guiado por el Espíritu de Dios. Dios te abre nuevas puertas, te da nuevos hermanos, pastores que velan por tu alma, te da nuevos grupos y podemos ver que es la misercordia de Dios actuando a tu favor, siempre y cuando obecedes, no importa si eres mal interpetada o interpretado. Procura obedecer por sobre todas las cosas a Dios, a Su Palabra y a los que te brindan algun consejo y descansa en el Señor, Dios se encarga de hacer la obra completa y perfecta y se encarga de obrar como solo El lo sabe hacer, El hace lo que nosotros no podemos hacer.
El Salmo 103:2-5 nos dice: “Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”.
Si Dios perdonó, recuerda, no hay que seguir culpándose, ni culpando a otros, sólo hay que seguir adelante, creyendo las promesas del Señor para nuestras vidas.
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