Leamos Gálatas 5: 16-26
Como creyentes, todos queremos el fruto del Espíritu,
pero ¿cómo podemos saber si verdaderamente tenemos al Espíritu Santo o estamos
dando frutos? Incluso los incrédulos muestran estas cualidades muchas veces. Debemos
saber y reconocer que aunque algunas personas no creyentes muestran ciertas
cualidades, no por eso El Espíritu Santo esta en ellos. Los nueve frutos del Espíritu deben mostrarse en lo que hacemos,
pero lo más importantes es lo que somos, si tenemos a Cristo como Nuestro Señor
y Salvador, entonces debemos mostrar los Frutos del Espíritu.. Es la exhibición
de los frutos en nosotros en los cristianos cuando las circunstancias son
desfavorables, lo que muestra que somos verdaderamente hijos de Dios. Dos
características nos ayudan a reconocer estos rasgos en nuestras vidas.
Los creyentes
fructíferos no son controlados por su entorno. Todo el mundo experimenta pruebas y el dolor, pero
los que están llenos del Espíritu Santo no pierden su fruto a causa de su
situación. Mantienen su alegría, incluso cuando las dificultades abruman. Si
alguien habla con dureza, responden con amabilidad. Porque Dios el Espíritu
Santo está en control, Él es libre de producir su fruto no importa cuáles sean
las circunstancias. A pesar de que nosotros como creyentes sintamos el dolor,
la ira o el deseo de venganza, debemos optar por confiar en el Señor para
protegernos y dirigir el resultado de la
situación, rendirnos y rendir toda situación al Señor, el Único Dios Verdadero,
Jehová de los Ejércitos y a Jesucristo Nuestro Abogado.
Los cristianos
fructíferos se recuperan rápidamente después de una caída. Estos creyentes no son perfectos, pero son sensibles
a la convicción del Espíritu y son rápidos para volver al Señor en
arrepentimiento. De hecho, son realmente agradecidos por la corrección y alaban
a Dios, no sólo para revelar su debilidad, sino también para hacernos que
volvamos a la obediencia.
Los creyentes no pueden producir estas cualidades en
sí mismos. Esforzarse más en la piedad sin la ayuda del Espíritu Santo y la
guía de la Palabra de Dios, nunca funcionará. La transformación del carácter se
produce cuando nos sometemos a Dios, cuando estudiamos la Biblia, cuando
meditamos en ella y nos esforzamos por ponerla en práctica. Eso es lo que
proporciona un control completo de nuestras vidas. Sólo entonces el Espíritu Santo
podrá con libertad producir fruto que permanece incluso en las tormentas más profundas y los momentos más oscuros.
No puedo dejar de darle crédito a algunas de las ideas
principales al Pastor Charles Stanley.
No dejes de leer la Biblia en un
año, logrando leer dos capítulos diariamente. Es muy importante y recomiendo sacar un tiempo para meditar y
sacar una reflexión personal con algunas preguntas acerca de la lectura, lo cual le ayudará en su crecimiento y
fortalecimiento espiritual.
Evelyn Calcaño Cepeda
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