Este es un mensaje
dirigido a mujeres de todas las edades y de todos los tiempos.
Las mujeres del
Antiguo Testamento venían de una variedad más extensa de trasfondo y culturas
que nosotras actualmente, sin embargo, al ir estudiando estas mujeres veremos
que la naturaleza continúa siendo la misma.
En la nación de
Israel, se le dio un lugar de respeto, de honor, de discreción, de amor, de
integración, de protección. La posición de las mujeres de Israel, fue muy
superior a las de las naciones paganas a su alrededor.
Hay lugares que
parecen ser lugares del pueblo del Israel de Dios, pero no lo son. El que
adopten formas y algunas verdades no significa que esas sean los lugares donde
el Verdadero Dios habita.
Las religiones
paganas incluían frecuentemente la inmoralidad, la hipocresía, el juzgar, a ser
congregaciones religiosas, el tomar algunas verdades y no todas las verdades,
la idolatría, la falta de amor y misericordia, la murmuración, la envidia, la
dureza de corazón, la violación de los derechos de las mujeres, el abuso de
poder, la vanidad. En Jeremías 10:2 Dios previno al pueblo de Israel
diciéndoles ¨No aprendáis el camino de las naciones¨. El camino de las naciones
paganas aprobaba la inmoralidad, el irrespeto, la idolatría, la falta de
misericordia, la falta de protección a las mujeres, todas esas cosas
destruyeron el verdadero culto a Dios.
Dios estableció
estándares más altos para la conducta de las mujeres en la nación de Israel, la
verdadera Israel y se espera que todos guardaran estos estándares y que los
hombres y sacerdotes guardaran también estos estándares y que los hombres y
sacerdotes, protegieran a sus mujeres.
Dios nos llama a
descansar en el Señor, a rendirnos a El, a no tener temor por ningún mal, si
estamos realmente en el camino correcto rechazaremos el egoísmo, la envidia,
las contiendas. Seremos personas perdonadoras y no controladoras, personas
fieles y no manipuladoras, personas llenas del amor de Cristo y daremos siempre
buen testimonio. Si estamos actuando bien y haciendo el bien, no hay porque
tener miedo, ahora bien, si hemos actuado mal o lo estamos haciendo, debemos
pedir perdón, apartarnos del mal y confiar en el perdón verdadero y amor
abrasador de Dios. El perfecto amor que viene de Dios perdona, bendice y
da. Protege reputación y colabora para el bien. No obstaculiza, no es egoísta,
no daña.
Hay muchas mujeres
que aún siendo restringidas en sus metas, propósitos, sueños en su vida, en su
trabajo, encontraron la forma de llevar a cabo la voluntad de Dios y
extendieron su influencia sobre sus semejantes y superiores para bien.
La vida está colmada
de decisiones y algunas veces no sabemos que estamos siendo probadas por Dios.
Todos los días somos confrontadas con el bien y el mal, lo correcto y lo
incorrecto y debemos tomar nuestra propia decisión. A través de todos los
relatos de las mujeres del antiguo testamento, aprenderemos como tomar decisiones
correctas que nos den reposo, apartándonos de las prácticas pecaminosas a las
cuales Dios nos llama apartarnos. “No améis al mundo ni las cosas que están en
el mundo”. 1 Juan 2:15.
Aprendemos de las
mujeres de la Biblia y de muchas mujeres de la antigüedad que las luchas de ellas
no fueron nuevas, fueron tan antiguas como la vida misma.
Si estudiamos
algunas mujeres de la época antigua, no necesariamente de las mujeres del
Antiguo Testamento indicado en la Biblia, podemos apreciar el valor de muchas
de ellas que trabajaron arduamente para ser mujeres colaboradoras y de
influencia.
Luego de ver un
poco de historia y de cómo eran las mujeres en la antigüedad, quiero mencionar
una lista de aquellos principios que debemos llevar a cabo para ser mujeres
colaboradoras, fieles y temerosas de Dios. Pero sin antes dejar de resaltar
mujeres como Ruth, Esther, Sarah, Rebeca, Abigail, Débora, Martha y María y la
lista es extensa, que sirvieron y fueron colaboradoras en sus diferentes
posiciones y situaciones. No fueron mujeres perfectas, pero si mujeres que nos
han influenciado a través de décadas, resaltadas y mencionadas en las Sagradas
Escrituras. La Biblia.
Sólo saber un poco
de historia y conocer e testimonio de algunas mujeres, nos ayudará a escoger el
camino correcto para nuestra vida, con la ayuda de aquél que va delante de
nosotras, Nuestro Señor Jesucristo.
Para dar pasos de
orden y ser colaboradoras y servir, debemos tomar la decisión de poner orden en
nuestra vida personal, en nuestro hogar, en nuestras relaciones, en nuestra
vida de iglesia, en nuestro trabajo, que podemos hacer con lo siguiente:
1. Lo pasado ya es
pasado
2. Debemos perdonar
y olvidar el dolor y todo lo que nos ocasionó o nos ocasiona dolor
3. Ser mujeres
valientes con una vida que honre primeramente a Dios
4. Decir no a todo
tipo de violencia emocional, egoísmo, celos y contiendas
5. Reconocer que le
pertenecemos solamente a Dios el cual nos coloca bajo su voluntad y en su
voluntad en el lugar donde El nos coloca y trae a nosotras las personas
conforme a su voluntad. No somos de pertenencia exclusiva de alguien.
6. Que debemos
estar contentas con lo que tenemos y no anhelar lo de otros, porque eso es egoísmo,
envidia y en esos sentimientos no habita el Espíritu Santo de Dios
7. Ser mujeres de
influencia, para influenciar en lo positivo y luchar por el reino de Dios
8. Detener el mal
9. Bendecir a los
demás con amor y verdad
10. Hacer de
nuestras iglesias un hermoso lugar de refugio y amor
11. Hacer siempre
el bien
12. Procurar la unidad
y ser parte en mantener la unidad en las diferentes áreas de nuestra vida.
¿Cómo seremos mujeres de influencia como las
mujeres del Antiguo y Nuevo Testamento?
Lo seremos siendo
colaboradoras, haciendo siempre el bien, influenciado bien a los hombres a
nuestro alrededor, hacer el bien extendiendo nuestra mano para servir y ayudar.
Estamos en tiempos
difíciles, Dios nos advierte en Su Palabra que el amor se enfriará por la
maldad, pero no lo menciona para que nos enfriemos ni aprobemos o justifiquemos
la frialdad, sino para que estemos alerta y no nos enfriemos, sino que
permitamos al verdadero amor de Dios actuar en verdad a través de nosotras y en
nosotras.
No dejemos de
evangelizar, de predicar la Palabra de Dios, de leer la Biblia diariamente, de
vivirla y practicarla, de servir y colaborar.
Somos mujeres colaboradoras:
-Cuando cumplimos
con el ABC del evangelio
-Cuando abrazamos
con gozo nuestro rol
-Cuando
manifestamos contentamiento en todo lo que hacemos y con lo que tenemos
-Cuando servimos a
otros que se encuentran pasando por diferentes situaciones y circunstancias.
-Cuando sacamos
tiempo para visitar a los enfermos, regalar algo a los necesitados
-Cuando hacemos una
lista para llamar y consolar
-Cuando
manifestamos el amor en cada cosa que hagamos
Hay tantas maneras
de colaborar y servir, que en verdad pienso que es un tema para una próxima publicación
y le pido a Dios Su guía para publicarla y animarles a servir, colaborar, dar y
bendecir.
No nos cansemos de
hacer el bien, porque a su tiempo segaremos sino desmayamos. Veremos los
frutos, no para nuestro propio bien, sino para el bien de los demás, de los que
nos rodean.
Puedo decirles,
finalmente, que amo a Dios con toda mi alma, con todas mis fuerzas, amo Su
Palabra, amo estar en la casa de Dios, amo a los niños, amo su creación, amo
servir a Dios, amo ver las mujeres en busca de Dios, anhelando ser mujeres
verdaderas, y es mi oración que todas las mujeres de todas las edades sean
llamadas a vivir la plenitud en Cristo amando a Dios y amando Su Palabra, poniéndola
por obra sin temor, con fe y confianza.
Con la Supremacía
de Cristo,
Hasta la próxima
publicación,
Evelyn Calcaño
Cepeda
Jehovà es mi Pastor
y Nada me Faltarà
Salmos 23
Viviendoporprincipiosyfe.blogspot,com
es una división de la Fundación Viviendo por Principios y Fe (puede ver la página
con sus informaciones en la web)
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